"Nuestro destino final es no nacer y morir. Depende de nosotros orientar nuestra vida en la línea de la adoración, de la esperanza y del amor para llegar a la inmortal bienaventuranza" P. Teodoro.
Educar en la esperanza es ayudar a nuestros estudiantes a descubrir quiénes son, a tomar el control de sus vidas, camino que debe iniciar desde muy pequeños.
¿ Y cómo podemos hacerlo ?
Demostrando que los amamos y que confiamos en ellos como son.
Es fundamental que el docente tenga paz interior, amor propio y esperanza, para transmitir al estudiante esta misma fórmula.
Debemos enamorar a las personas estudiantes sobre el carisma de Sion, con acciones que ellos mismos puedan realizar y puedan identificar qué es la esperanza.
Por último, ayudándolos cuando lo necesitan y colaborando en la institución.
Ciertamente podremos educar en la esperanza en la medida que tengamos esa paz interior, amor propio y esperanza. No podemos dar lo que no tenemos. Muchas gracias por el valioso trabajo que realizan.